En agosto de 2017, la pequeña Everly «Evie» Backe, cuando solo tenía 3 días de vida, se sometió a su primera cirugía a corazón abierto debido a su «defecto cardíaco congénito complejo y crítico», como explicó su madre Lauren a People . Antes de poder apagar su primera vela, se sometió a otras dos cirugías.
Si bien la pequeña luce un cuadro de salud excelente, quedó con importantes cicatrices, en particular su cicatriz de “cremallera”, como la ha llamado su familia, en el pecho. Y en el más amoroso de los gestos, su padre Matt decidió convertirse en su «compañero de cremallera» al tatuarse la misma cicatriz en su propio pecho.
Según su esposa, Matt decidió «por sorpresa» hacerse el tatuaje el año pasado para honrar a su hija y para que no se sintiera sola. La familia decidió juntarse y darle a Matt un ticket de regalo para un salón de tatuajes donde pudiera hacerse el tatoo.
Matt está encantado con el resultado y le explica a Good Morning America : «Realmente me hace feliz que se vean iguales».
Lauren también compartió la reacción de su hija ante el nuevo tatuaje de su papá:
“Mi papá se hizo un tatuaje como mi cremallera para que no me sienta sola… y él quiere ser especial como yo”.
Sin embargo, esta audaz niña de 4 años también hizo lo que mejor hacen los niños, como explicó su madre a People:
“Si bien estaba emocionada de tener a alguien como ella, al más puro estilo Evie, comenzó a burlarse de él un poco. Está muy metida en una fase de copiar cosas que decimos nosotros y su hermano, así que le dijo a su papá que él la estaba copiando a ella”.
Los Backe -papá y mamá- han usado tatuajes para expresar su amor y apoyo a sus hijos. Lauren tiene una línea de electrocardiograma con un corazón colocado en el centro de su antebrazo. En cada extremo de la línea se dibuja la primera inicial de sus hijos: Evie y Jack.