Una mujer de Vancouver que acudió al hospital en busca de ayuda por pensamientos suicidas se quedó consternada cuando el médico le sugirió que la solución podría ser la Asistencia Médica para Morir (AMM). En 2024 se legalizará en Canadá la AMM para quienes padecen enfermedades mentales.
Cuando Kathrin Mentler, una mujer de 37 años con depresión y tendencias suicidas, acudió al Hospital General de Vancouver, lo hizo porque quería vivir y necesitaba ayuda para hacerlo. Sin embargo, según el Globe and Mail, a Mentler le informaron de que habría que esperar mucho para ver a un psiquiatra, que el “sistema estaba roto”. Finalmente le preguntaron si había considerado la AMM como una opción.
La idea estaba tan fuera de la línea del tratamiento que buscaba que Mentler que, al principio, no entendió a qué se refería el clínico, pensando que era algo más parecido a “como una criada que limpia una habitación”.
El interrogatorio la puso nerviosa y admitió que ya había intentado quitarse la vida por sobredosis de medicación. En ese momento, el médico le explicó el proceso de la AMM, que le pareció un procedimiento atractivo y “cómodo”.
Mentler dijo que abandonó el hospital rápidamente, sin querer pensar en la situación, pero al día siguiente se despertó afectada y acudió a un grupo privado de las redes sociales que frecuenta, que se hizo eco de su propio malestar con la propuesta.
“Fui allí ese día porque no quería ponerme en una situación en la que se me ocurriera tomar una sobredosis de medicamentos”, declaró Mentler, estudiante de primer curso de orientación psicológica, a The Globe and Mail en una entrevista, Y añadió:
Cuanto más pienso en ello, creo que surgen más y más cuestiones éticas y morales a su alrededor”.
“Opciones” asistenciales
El hospital ha defendido las acciones del médico como “preguntas difíciles” que deben hacerse a los pacientes para “determinar la atención adecuada y el riesgo para el paciente”.
Afirmaron que sus médicos están obligados a “explorar todas las opciones asistenciales disponibles” y que preguntar si han considerado la AMM es un interrogatorio rutinario para los pacientes que muestran tendencias suicidas. Sin embargo, señalaron:
“Entendemos que esta conversación pueda ser molesta para algunos, y compartimos nuestras más profundas disculpas por cualquier angustia causada por este incidente”.
Para Mentler, esta explicación no era satisfactoria. Señaló que todavía ni siquiera es legal ofrecer la AMM a quienes tienen problemas de salud mental, y se preguntó cómo puede considerarse el suicidio médicamente asistido como un tratamiento adecuado para pacientes con pensamientos suicidas que buscan ayuda para vivir:
“Calibrar el riesgo de suicidio no debería incluir ofrecer opciones para morir, que es lo que parecía”, afirmó. “También creo que vale la pena considerar que, en este momento, la asistencia médica para morir, para la salud mental, aún no es legal, por lo que dar a alguien los detalles del proceso parece incorrecto. ¿Cómo puede ser este un procedimiento estándar para la intervención en crisis suicidas?”.
La AMM se introdujo por primera vez en la legislación canadiense en 2016, cuando se legalizó en casos de muerte “razonablemente previsible”. En 2021, sin embargo, los legisladores ampliaron el alcance para incluir a aquellos con condiciones incurables que “sufren intolerablemente”, lo que incluye enfermedades mentales. Aunque el gobierno ha puesto en pausa la legislación mientras se realiza un nuevo estudio, se espera que entre en vigor en marzo de 2024.