Álvaro Andrés recibió de su hermana Angie Daniela el mejor regalo posible: le donó un riñón y, con él, le dio vida. Con ello se convirtió en el primer paciente que recibe un trasplante de riñón en esa zona del suroccidente de Colombia, lo que representa una gran esperanza para sus habitantes.
El joven sufrió durante cuatro años insuficiencia renal crónica, por lo que necesitaba diálisis dos y hasta tres veces a la semana. Confió su salud a los especialistas de la Fundación Hospital San Pedro, en el departamento de Nariño, y hoy se recupera satisfactoriamente.
«Una obra de amor»
Este complejo procedimiento, realizado con éxito el pasado 8 de junio, tiene un significado aún mayor, porque fue su hermana quien le donó uno de sus riñones.
«Es una obra de amor la que hizo Angie Daniela. Yo le preguntaba a Álvaro Andrés si se imaginaba la magnitud de lo que ella estaba haciendo, ¡es un diamante que no tiene precio!», dijo a Aleteia la enfermera Adriana López, jefe de la Unidad de Trasplantes y quien acompañó el proceso desde el primer día.
Este mensaje de fe que Angie Daniela escribió resume lo que significó para ella darle una esperanza de vida a su hermano: «Así de felices entramos, así de felices salimos. Gracias, padre amado, por darnos la fuerza para poder luchar por un sueño anhelado. Hoy salimos victoriosos hacia una nueva vida».
Adriana López aseguró que organizar el proceso fue muy satisfactorio para todos: «Desde el principio tuvimos buenas noticias, por ejemplo, los resultados de las pruebas inmunológicas arrojaron que la compatibilidad genética era muy alta, eran prácticamente gemelos».
Sin poder ocultar su alegría, nos contó que los jóvenes se recuperan muy bien. En él se ha visto un cambio total, «se le ve feliz», y acaba de celebrar su cumpleaños número 22, el más bonito que ha tenido, como lo manifestó en el centro médico durante uno de sus controles.
Es definitivamente un logro de la ciencia, la fe y el amor. La familia Naspirán Muñoz ha vivido unida y con una gran fuerza espiritual la enfermedad y el milagro con que Dios los bendijo. Por otro lado, está el equipo multidisciplinario que realizó el procedimiento, liderado por la doctora Paola Muñoz, cirujana experta en trasplantes, que representa una esperanza para quienes dependen de un donante y un procedimiento de este tipo para seguir viviendo.
Sanar y curar toda dolencia
«¿Qué más gesto de igualdad?, ¿qué más gesto de amor y de luchar por la región de uno que este, el entregar a la comunidad un servicio totalmente tecnológico y humano?». Así resumió la doctora Paola Muñoz este avance médico, histórico en Nariño, porque en las ciudades periféricas de Colombia lamentablemente no se cuenta con centros de trasplantes.
Las cifras dejan ver la importancia de lo que lograron en el hospital de la diócesis: los pacientes con enfermedades crónicas deben esperar entre 2 y 4 años para que exista una posibilidad de trasplante, y el 90 de ellos son pacientes renales. Esta nueva oportunidad de vida hoy la pueden encontrar en su propia tierra.
«Recordemos que en Colombia hace 57 años se realizó el primer trasplante de riñón y para esta región es apenas en 2023 que se viene a realizar esta intervención de altísima complejidad… el proceso ha estado apoyado precisamente en el mandato evangelizador de ir a curar toda dolencia en el mundo», dijo el presbítero Luis Germán Rosero, delegado por el obispo como miembro de la junta directiva del hospital.
Tarea evangelizadora
Para el sacerdote, «apoyar la medicina es apoyar una de las tareas evangelizadoras más importantes y más significativas en cualquier momento de la historia, y mucho más en el mundo de hoy, donde apoyados con la tecnología y con la ciencia, podemos hacer presente el mandato evangelizador de sanar y curar toda dolencia».
De otra parte, el doctor Óscar Mosquera Daza, gerente del hospital, explicó que una de las situaciones más complejas es la de pacientes renales crónicos, lo que los impulsó a crear una unidad de trasplantes.
«Los pacientes tenían que viajar al interior del país y dadas las situaciones de traslado desde nuestro departamento se les hacía muy difícil», anotó.
Otra de las personas que celebró y agradeció a Dios esta buena noticia fue monseñor Juan Carlos Cárdenas, obispo de esa jurisdicción eclesiástica, quien recibió hace algunos días a la familia Naspirán y les expresado su gratitud por permitir que la Fundación Diocesana Hospital San Pedro haya sido el escenario de un momento histórico como este.
Bajo la orientación del obispo y los especialistas en salud, la Fundación Hospital San Pedro continuará desarrollado su misión institucional desde los valores del Evangelio, para brindar servicios integrales de salud, con estándares de calidad y humanismo.