Los viajeros católicos pueden estar acostumbrados a ver impresionantes capillas construidas sobre acantilados o montañas. Pero la Capilla del Volcán Santa Margarida en Cataluña, España, lleva el concepto un paso más allá.
Erigida alrededor del siglo XV, la Capilla de Santa Margarida se encuentra en medio del antiguo cráter de un volcán ahora extinguido.
El edificio original fue destruido por un terremoto y reconstruido en 1865 en estilo románico. Hoy, la capilla de una sola nave de aspecto sobrio se encuentra sola entre la hierba y los arbustos que han crecido en lo que alguna vez fue un cráter que vomitaba lava. A su alrededor están las paredes del volcán, ahora cubiertas por un bosque caducifolio.
Llegar a esta remota ermita no es tarea fácil. Es una caminata de 25 minutos desde el pueblo cercano de Saint Pau a lo largo de un camino empinado antes de llegar finalmente a la cima del volcán de 682 metros de altura.
Aquí no se suelen celebrar culto, salvo una fiesta que se celebra el 20 de julio en honor a la festividad de Santa Margarita de Antioquía, patrona de las mujeres embarazadas. Ese día, cientos de fieles hacen la caminata para asistir a misa y participar en las celebraciones.
La santa que derrotaba dragones
Según una historia publicada en la revista Smithsonian, el hecho de que la fiesta de Santa Margarita de Antioquía se celebre en un volcán inactivo puede no ser una coincidencia. Santa Margarita de Antioquía fue una de las primeras cristianas que vivía en Antioquía, la actual Turquía, que fue encarcelada por negarse a abandonar su fe y casarse con un general romano.
Según la tradición cristiana, mientras estaba en la cárcel se le apareció el diablo en forma de dragón. La historia cuenta que el dragón se tragó a Margaret, pero ella pudo escapar milagrosamente. El vientre del dragón se abrió de par en par y Margaret salió intacta.
Según un investigador cultural citado en el Smithsonian, la capilla en honor a Santa Margarita de Antioquía se construyó dentro de un volcán para proteger a los fieles del fuego (es decir, el dragón del diablo).
Hoy, los lugareños pueden estar seguros de que el peligro de fuego y lava ha desaparecido ya que la última erupción del volcán, parte de un complejo volcánico conocido como Zona Volcánica de La Garrotxa, tuvo lugar hace 10.000 años.