El 6 de marzo de 1973, un cantante de club nocturno de 23 años llamado Tom Waits lanzó su primer álbum, Closing Time. Mejor conocido por la versión de The Eagles de la canción de apertura, “Ol’ ’55”, Closing Time no predijo la trayectoria que tomaría la carrera de Waits en el transcurso de sus siguientes 16 álbumes de estudio, o cuán profundamente el artista ha sondeado a la condición humana a través de cantos impregnados de símbolos y reflexiones teológicas cristianas.
Las canciones con inflexiones religiosas de Waits provocan en el oyente una complacencia piadosa. Nos confronta con preguntas difíciles sobre la naturaleza de Dios, el problema del mal y el alcance de la redención. A veces, Dios puede estar oculto y esquivo, aparentemente indiferente al mundo tal como lo observamos.
Pero para Waits, Dios no parece estar oculto por su ser esencial, sino porque ha sido oscurecido por las obras del hombre caído.
En ““A Little Drop of Poison,””, por ejemplo, el narrador pregunta: “Did the Devil make the world/While God was sleeping?”. El “mundo” es uno de traición, codicia y abandono, en el que es difícil encontrar cualidades redentoras en las personas o instituciones humanas. En otra canción, Waits escribe: “There’s a leak, there’s a leak, in the boiler room/The poor, the lame, the blind/Who are the ones that we kept in charge?/Killer, thieves and lawyers.”
Este mundo está lleno de falsas promesas y garantías cínicas: “There’s always free cheddar in a mousetrap, baby/It’s a deal, it’s a deal.”. El amor es superficial y la lealtad es ilusoria: “I’d sell your heart to the junkman, baby/for a buck, for a buck/If you’re looking for someone to pull you out of that ditch/You’re out of luck, you’re out of luck.” ¿Por qué toda esta falsedad, engaño y depravación? Porque, como el nombre de la canción resume el tema, parece que “God’s away on business.”
Pero para Waits, la acusación es contra nosotros, no contra Dios. Implícita en cada una de estas canciones está la observación de que nosotros, que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, hemos fallado en formar nuestras vidas de acuerdo con esa naturaleza.
Los personajes de Waits miran a su alrededor y ven poco de la presencia de Dios en el mundo porque ven pocos ejemplos de seguidores de Dios haciéndolo presente. Es un mundo caído de lucha, violencia y engaño. Por lo tanto, en “Road to Peace”, el cantante de Waits se pregunta con tristeza: “If God is great and God is good/Why can’t he change the hearts of men”? Y ofrece una respuesta tentativa: “Well, maybe God himself is lost and needs help/He’s out upon the road to peace.”
Pero, al escribir con una sensibilidad cristiana, Waits sabe que esta no es toda la historia. La situación humana caída es terrible, pero no es desesperada. De hecho, puede ser la clave para comprender el acto de redención de la gracia de Dios. En “Way Down in the Hole”, el narrador entona: “Si caminas con Jesús/Él va a salvar tu alma/Tienes que mantener al diablo/Muy abajo en el agujero”. Esto se debe a que Dios “tiene el fuego y la furia/a su mando/bueno, no tienes que preocuparte/si te aferras a la mano de Jesús”.
Dicho de otra manera, Dios está obrando redimiendo los tiempos, pero debemos unirnos a la obra. “The world is not my home/I’m just passing through”, escribe en “Come On Up to the House”, una canción que no estaría fuera de lugar en una colección de espirituales. “The seas are stormy and you can’t find no port/Gotta come on up to the house.”. En “Lord I’ve Been Changed”, un personaje canta: “If you walk with Jesus/He’s gonna save your soul/You gotta keep the devil/Way down in the hole.” This is because God’s “got the fire and the fury/At his command/Well you don’t have to worry/If you hold on to Jesus’ hand.”
Finalmente, en “Down There by the Train”, Waits expone la extravagante generosidad de la gracia de Dios. “There’s a place I know where the train goes slow/Where the sinner can be washed in the blood of the Lamb.” Waits nos desafía a expandir nuestra imaginación teológica y reducir nuestros prejuicios. “There’s no eye for an eye, there’s no tooth for a tooth/I saw Judas Iscariot carrying John Wilkes Booth.”. Los pasajeros que esperan el tren incluyen “All of the shamefuls and all of the whores/And even the soldier who pierced the side of the Lord.” La gracia de Dios es lo suficientemente amplia como para incluir a cualquiera que “me encuentre allí donde el tren va lento”.
De manera poco convencional, este es el Evangelio que Tom Waits ha estado predicando durante 50 años.
Kenneth Craycraft, profesor asociado de Teología Moral en el Seminario y la Escuela de Teología de Mount St. Mary en Cincinnati, escribió originalmente este artículo para OSV News.