¿Existe una forma de vida religiosa común que garantice una longevidad de 700, 800, 900 años? ¿Cuál es la fórmula que da resultados tan impresionantes?
Muchos investigadores han investigado esta cuestión analizando de cerca las órdenes religiosas más antiguas.
Como, por ejemplo, un monasterio benedictino de Engelberg (Suiza) fundado en 1120, que fue objeto de un estudio de Emil Inauen, de la Universidad de Zurich, sobre la influencia del gobierno monástico en su capacidad de supervivencia.
Otros científicos han comparado la diferencia en el modo de funcionamiento entre las órdenes contemplativas (los cistercienses) y las órdenes predicadoras (los dominicos). Y han estudiado su potencial de longevidad gracias en particular a sus mecanismos de gobierno.
Los que están definidos por las reglas de la vida monástica (incluyendo la Regla de San Benito o la de San Agustín) constituyen verdaderos tesoros de sabiduría.
Y como pueden ser una verdadera fuente de inspiración para la vida cotidiana de todo cristiano, también lo son para la gestión empresarial.
Tesoros de sabiduría
En este sentido, y teniendo en cuenta el inevitable desgaste del tiempo, ¿tienen todavía mucho futuro los benedictinos, franciscanos, premonstratenses, dominicos…?
“¡Sí, así lo creo!”, responde a Aleteiael hermano Dominique-Marie Dauzet. Es autor de una monumental historia de la orden premonstratense, que celebró su 900 aniversario en 2021:
“Hoy, la vida comunitaria en la Iglesia provoca una verdadera atracción, tanto entre los jóvenes atraídos por el sacerdocio o la vida religiosa, como entre los mismos obispos. Pero la convivencia sin regla y sin autoridad es complicada.
La orden, que comenzó como una “nueva comunidad” en 1121, está impregnada de la sabiduría de 900 años de convivencia, enriquecida por la experiencia de lo que ha funcionado y lo que no ha funcionado bien”.
Dominique-Marie Dauzet pone el ejemplo de la constitución de los premonstratenses, constantemente revisada según la evolución del derecho eclesiástico. Porque así ofrece una garantía de funcionamiento equilibrado, con sus órganos de control y regulación.
“Es toda la fuerza y la debilidad de la orden hoy: la amistad fraterna en la vida común, el apostolado y la liturgia, con una forma de exigencia monástica“, concluye.
Aquí tienes una síntesis de las intuiciones fundacionales y las reglas de vida de las diez órdenes religiosas más antiguas y de la vida de sus fundadores: