Este 12 de diciembre se cumplen 491 años de las apariciones de Nuestra Señora en México.
Gente de todo el mundo -¡unos 20 millones de personas al año!— visitan la Basílica de Santa María de Guadalupe para ver la imagen milagrosa y participar en las diversas devociones y festividades en honor a la Santísima Madre.
Estas devociones incluyen rezar el rosario de 46 días, comenzando el 28 de octubre y acabando el 12 de diciembre.
12 días de preparación
En la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, los fieles participan en el Dozavario o 12 días de preparación en oración antes del día de la fiesta.
Un dozavario, también conocido como docenario, de la palabra docena, se refiere a las devociones rezadas en los 12 días previos a una fiesta mariana.
Luego, comenzando en la vigilia de la fiesta, los mariachis cantan las mañanitas, los matachines realizan sus bailes, los artistas representan la historia de Nuestra Señora de Guadalupe y personas de todas las edades traen rosas y otras flores que se colocan cerca del altar ante su imagen.
Un recordatorio de un mensaje
Las celebraciones en honor a Nuestra Señora de Guadalupe nos recuerdan el mensaje de esperanza que ella trae a toda la humanidad. La Virgen le prometió a Juan Diego que como Madre nuestra, está atenta a nuestras oraciones.
Ella vino a “limpiar y cuidar todas sus diversas penas, sus miserias, sus sufrimientos”.
Como Juan Diego, podemos acercarnos a ella, nuestra Madre, en nuestras esperanzas, alegrías, luchas y tristezas.
Sin miedo, podemos confiar en que Ella, llevándonos en el pliegue de sus brazos como a sus hijos, es la fuente de nuestra alegría y amor. Ella se preocupa, y siempre permanece con nosotros.
“¿Necesitas algo más? Que nada más te inquiete, te perturbe” (Nican Mopohua 119).
Caminando con ella
Las devociones practicadas en la Basílica, entre ellas el Dozavario, o meditaciones en los 12 días previos a la fiesta, también se pueden seguir virtualmente.
La reflexión de cada día está asociada a un tema que puede estar vinculado con la lectura de la Misa, con un misterio del rosario, o con otra devoción.
Algunas de las reflexiones subrayan un título o virtud particular de la Santísima Virgen María. Y cómo se manifiesta en la historia de Nuestra Señora de Guadalupe.
El Dozavario aumenta en muchos la devoción a María y la vinculación a san Juan Diego, el humilde, fiel y obediente servidor de Nuestra Señora.
Todos los años espero poder participar, de manera virtual, en el siguiente enlace de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Las meditaciones espiritualmente enriquecedoras del Dozavario de años pasados se pueden encontrar aquí.
Por María José Acosta, dominica