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Vi por TV las inundaciones de Luisiana y cumplí mi trato con Dios

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AFP

Judy Landrieu Klein - publicado el 26/08/16

Aportando refugio, provisiones y ayuda para la limpieza de los hogares afectados

“Unidos, las posibilidades son ilimitadas”, — Angelle Albright, Northshore Cajun Army

Angelle Albright, superviviente de un cáncer y diseñadora unos pañuelos especiales para la cabeza para las tratadas con quimioterapia, hizo un trato con Dios: si sobrevivía al cáncer, ella sería su vehículo y se levantaría cada día preguntando cómo podría servirle de ayuda.

Dios le tomó la palabra y dejó claro cuáles eran sus planes el día después de la que ya es denominada como la Gran Inundación de Luisiana, al sur de Estados Unidos.

“Estaba en mi sofá la noche después de las inundaciones, viendo las noticias en directo y sintiéndome culpable porque acababa de comprarme un flamante trailer con un remolque cerrado de 2 x 4 metros para mover muebles a nuestra casa de la playa en Florida”, explicaba Albright.

“Pensaba en cuánto tenemos nosotros y me preguntaba qué podía hacer para ayudar a los que habían perdido su hogar”.

Los comunicados oficiales calculan que en Luisiana hay 100.000 residentes desplazados como resultado de las torrenciales lluvias sin precedentes que cayeron la semana pasada, inundando 60.000 hogares.

A la mañana siguiente, Albright localizó una publicación de Facebook del pastor de la Iglesia de la Comunidad de Cristo en Denham Springs, ubicada en el epicentro de la inundación, que pedía donativos inmediatos de ciertos suministros de carácter crítico.

Había ocho elementos en la lista y Albright se sintió impulsada a llenar su tráiler con los artículos necesarios y entregarlos en la iglesia al día siguiente.

Hice un llamamiento en Facebook y publiqué los artículos necesarios para las víctimas de la inundación. En dos horas, el tráiler estaba lleno de donaciones. Todos en la comunidad dieron un paso al frente, incluyendo las iglesias católicas y los colegios de la zona”.

De inmediato, Albright empezó a usar el hashtag #CajunArmy [Ejército Cajún] en sus publicaciones en las redes sociales, apelando al nombre de un grupo de voluntarios conocidos como Cajun Navy, [Marina Cajún], que evacuaban a las personas usando botes durante la inundación.

Tras descubrir que el suyo era uno de varios grupos voluntarios sin conexión que usan el nombre Cajun Army, Albright cambió el nombre de su cuerpo de voluntarios a “Northshore Cajun Army”, [Ejército Cajún de la Ribera norte], para designar la localización de Luisiana donde su equipo ofrece ayuda en particular.

Desde entonces ha creado una página de Facebook para satisfacer la creciente demanda de información para voluntarios que se ofrecen a ayudar.

Aunque su inspiración para ofrecer ayuda sólo se produjo hará una semana, Albright y sus compinches, Gianna Schlottman y Karen Kleinpeter Lindsey, ya han entregado 11 tráileres repletos de provisiones a la Iglesia de la Comunidad de Cristo, donde durmieron 1.000 refugiados de las inundaciones la noche antes de su llegada.

Lo primero que necesitaban eran provisiones para los que dormían en la iglesia convertida en refugio, así que el equipo de Albright reunió rápidamente un remolque lleno de almohadas, mantas, ropa interior, pañales y artículos de higiene personal para uso de los desplazados.

Lo siguiente necesario eran útiles para empezar con la limpieza de las casas inundadas, así que los donantes mandaron cubos, lejía, escobas, fregonas, guantes y máscaras para fregar las viviendas caladas de agua.

Un contribuyente generoso, propietario de una empresa de suministros para mantenimiento de la ciudad cercana de Bogalusa, donó una solución especial valorada en 4.000 dólares que se usa para evitar la proliferación del moho en hogares húmedos, salvando así a varias residencias de una mayor destrucción.

Los donativos siguen llegando y Albright se coordina ahora diariamente con Shannon Easley, la esposa del pastor a cuya publicación de Facebook respondió por primera vez, para asegurar así una lista de elementos esenciales para el día siguiente.

Además, se ha instalado un almacén gratuito provisional en la iglesia, que usan como almacén diario tanto Northshore Cajun Army como otros para aquellos que necesitan con más premura comida, agua, ropa, artículos de aseo personal y herramientas de limpieza urgente.

Las contribuciones económicas también han empezado a llegar; un dinero que Albright, Scholttman y otros de su equipo, incluyendo Debbi Hendry, que trabaja desde Jackson, Misisipi, han usado para comprar provisiones en cada tienda de Dollar Tree [una cadena de suministros de bajo coste] en un radio de tres horas alrededor de la zona de inundaciones.

Alguien envió un cheque que les permitió comprar 800 fregonas, 800 cubos y 800 escobas, todos a un dólar cada uno y todos fundamentales para fregar las casas de manera periódica para evitar daños adicionales.

Ayer, el equipo de Albright estableció un Fondo del Northshore Cajun Army donde recaudar las contribuciones que les permitirán continuar cubriendo las angustiosas peticiones de ayuda que afrontan diariamente.

“Cada dólar y cada artículo donado es una contribución a la esperanza”, dice Albright, “una esperanza que ayuda a las personas a dar un paso más hacia la reconstrucción de sus vidas”.

Dada la extensión de la devastación, con miles y miles de casas y negocios inhabitables, se necesitará mucha ayuda y mucha esperanza cuando las personas comiencen a reconstruir sus hogares y sus comunidades desde los mismos cimientos.

A pesar del nivel de conmoción y tristeza de que ha sido testigo Albright, ella sigue sorprendida por lo que Dios ha conseguido traer a través de la generosidad de los voluntarios, entre los que se incluyen numerosas personas sin relación con su iniciativa personal que llegaron tirando de remolques con comida caliente, bebidas frías e incluso helado.

El pasado sábado se sirvieron ocho mil comidas en el aparcamiento de la iglesia y lo que no se consumió se repartió en los barrios afectados por la inundación para distribuirlo entre los que ahora tienen que acampar junto a sus hogares destruidos.

El jueves, un desfile al estilo del carnaval Mardi Gras atravesó un barrio muy pobre de 300 hogares donde aún no han llegado las labores de auxilio, llevando comida caliente y donativos de todo tipo de artículos necesarios para empezar con las tareas de limpieza.

¿Cuánto tiempo continuará el Northshore Cajun Army ayudando a las víctimas de la inundación? “Hasta que todo el mundo se recupere”, dice Albright.

No podría vivir conmigo misma pensando en todo lo que necesitan; una vez has visto la devastación, es imposible no ayudar”.

Las donaciones al Fondo del Northshore Cajun Army pueden realizarse aquí. También se pueden hacer donaciones a las Organizaciones Benéficas de Baton Rouge.

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