Algunos de los templos más sobrecogedores del mundo son, también, los más sencillos. Las llamadas “iglesias de duelas” combinan la austeridad de ciertas tradiciones cristianas con los diseños y motivos propios de la arquitectura tradicional escandinava.
Una duela de madera no es sino una viga, generalmente convexa, que engarza con otra hasta formar una estructura o un contorno. Es una técnica de construcción tradicionalmente vikinga, la misma que utilizaron los prodigiosos navegantes escandinavos para construir sus barcos, y que permite utilizar únicamente estas vigas, sin necesidad de clavos o pegamento.
De hecho, el único material utilizado en la construcción de estos templos, aparte de la madera, son las piedras que se utilizan para apuntalar las bases del edificio.
Entre los siglos XII y XIV, más de dos mil de estas iglesias habían sido construidas a lo largo y ancho de Europa. Hoy, sólo veintiocho de los templos originales de la época permanecen en pie, todos ellos en Noruega, aunque pueden conseguirse réplicas de Islandia a Wisconsin, según señala Eric Grundhauser, en su artículo en Atlas Obscura.