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En busca de las “Escrituras” perdidas

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Philip Jenkins - publicado el 06/11/15

Los monasterios eslavos esconden tesoros de la Antigüedad que pueden cuestionar algunas convicciones sobre la Edad Media

Todos sabemos dónde habría que encontrar manuscritos antiguos: en algún lugar remoto, preferiblemente un desierto, y necesitamos un buen escondite: las cuevas son perfectas. En cuanto a crear un estereotipo, los Rollos del Mar Muerto son el modelo perfecto, seguidos de los antiguos textos cristianos y gnósticos encontrados en Nag Hammadi, Egipto, por la misma época.

Y sin embargo, uno de los mayores descubrimientos de los tiempos modernos rompieron todas esas normas, lo que explicaría por qué el caso es desconocido para el mundo, fuera de un pequeño grupo de especialistas. Y aún sólo empezamos a ser conscientes de las implicaciones de este descubrimiento.

La historia empieza en el siglo XIX, cuando eruditos de toda Europa se dedicaban a hurgar manuscritos medievales en bibliotecas antiguas y casas religiosas. Unos especialistas rusos estaban investigando un códice medieval judicial llamado Equilibrio Justo (Merilo Pravednoe), una colección de leyes históricas y comentarios.

No era sorprendente que una obra legal compilada en el siglo XIV incluyera abundante material religioso y quasi-bíblico, pero en este caso, gran parte de ella sonaba extraña. El manuscrito resultó contener un libro pseudo-bíblico hasta entonces desconocido, el Libro de los Secretos de Enoc.

Este segundo libro de Enoc dice cómo el antiguo patriarca viajó a través de los cielos, guiado por los ángeles, y fue testigo del destino de los seres espirituales, de los buenos y los malos. Procede claramente de un mundo en el que Enoc fue visto como la fuente de grandes libros de sabiduría esotérica. Este libro prefigura muchas otras obras apocalípticas y cuentos de viajes celestiales, incluyendo las obras de Dante. La versión breve es obra de un judío alejandrino del siglo I.

Este descubrimiento debería ser ya suficientemente importante en sí, pero es que cuando los expertos siguieron investigando textos, descubrieron aún más textos antiguos del mundo judío y cristiano antiguo. Si esta colección hubiera sido descubierta en alguna cueva judía, los medios de todo el mundo se habrían hecho eco.

¿Por qué estos textos han sobrevivido, y tan abundantes? Las tierras eslavas se convirtieron bajo la influencia del Imperio Bizantino a partir del siglo IX, y siguieron la versión ortodoxa de la fe. Al permanecer en estrecho contacto con Constantinopla y otros grandes centros intelectuales, sus iglesias conservaron y tradujeron viejos textos griegos, incluyendo algunos que ya habían desaparecido de otros lugares.

Antiguas herejías

Mucha de esta actividad probablemente ocurrió durante el gran imperio de Bulgaria. Conforme otras iglesias se ponían nerviosas con estas atrevidas pseudo-escrituras, los escritos permanecieron bastante accesibles en monasterios e iglesias de Europa oriental y los Balcanes, esperando en la oscuridad hasta su descubrimiento por parte de los modernos eruditos.

Pero esta localización geográfica plantea cuestiones intrigantes. Durante la Edad Media, las herejías fueron muy poderosas en Europa, y en algunos casos constituían auténticas iglesias subterráneas que dominaron regiones enteras. Entre las más importantes e influyentes estaban la de los bogomilos, que se originaron en Bulgaria hacia el 900, y que fueron una fuerza poderosa en los Balcanes hasta el siglo XV.

Los misioneros bogomilos engendraron una rama occidental poderosa y legendaria, los albigenses o cátaros, a quienes recordamos por El Código Da Vinci de Dan Brown. Estos grupos fueron dualistas, creían en una lucha entre el Dios del mal de este mundo material y el Dios más alto de la Luz, que se revela en Jesús.

Cuando los estudiosos exploraron estos antiguos escritos apócrifos eslavos, les impactó la semejanza con las doctrinas y las imágenes que los bogomilos desarrollaron varios siglos después. Algunas de esas obras pseudo-bíblicas sugieren que el mundo material fue creado por un Dios inferior, un Demiurgo o Artesano-creador, muy distinto de un Señor poderoso trascendente.

Así, los bogomilos surgieron y prosperaron exactamente en esas regiones en las que estos textos atractivos circularon en lenguas eslavas. También sabemos que bogomilos tenía un gusto especial por varias obras antiguas que se encuentran entre los escritos apócrifos, como el Apocalipsis de Abraham, 2 Enoc, y la visión de Isaías.

La similitud entre los antiguos apócrifos y muchas ideas dualistas posteriores podría ser una coincidencia, pero es mucho más probable que esos mismos escritos eslavos influyeran en el dualismo de los pensadores de Europa del Este durante el siglo X. Si esta idea es correcta, estaríamos ante una influencia directa del judaísmo extinguido del Segundo Templo a través de las herejías de la Europa medieval.

Tal explicación convierte en tonterías las profundas divisiones que normalmente se dibujan entre el mundo religioso antiguo y el medieval. Tal vez los inquisidores – en la era de Aquino y Francisco de Asís en el siglo XIII – realmente estaban luchando contra las ideas que se originaron en Alejandría y Jerusalén, en una época en la que el Segundo Templo aún seguía en pie.

Oímos mucho acerca de las causas perdidas, tanto en la fe tanto como la política: Pero, ¿realmente se perdieron alguna vez?

Philip Jenkins es un Distinguido Profesor de Historia en la Baylor University y autor de The Many Faces of Christ: The Thousand Year Story of the Survival and Influence of the Lost Gospels

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