El paso de Bruce Springsteen por Barcelona, donde comenzó su gira europea, fue de película. Nunca mejor dicho, porque le acompañaban nada menos que Steven Spielberg y su esposa, así como Barack y Michele Obama. El encuentro de famosos ha dado la vuelta al mundo. Y Dios y la Iglesia católica estuvieron en él.
Se nota que para Bruce Springsteen (73 años) esta gira es especial. Busca que cada concierto sea único, que la gente lo viva como experiencia única, y además, lo quiso celebrar con amigos.
Así que, junto a su mujer Patti Scialfa (que le acompaña en la E Street Band), se llevó para el arranque de gira a Steven Spielberg, la esposa de éste, la actriz Kate Capshaw, el expresidente Barack Obama y a la ex primera dama, Michele Obama.
Curiosamente, Springsteen, Spielberg y Obama llevan más de 30 años de casados con sus esposas: los tres se casaron en 1991.
A su llegada de Estados Unidos, las tres parejas cenaron juntos en el restaurante Amar (dos estrellas Michelin).
El chef José Andrés hizo el contacto: llamó a su amigo el chef Rafa Zafa -habían trabajado juntos en El Bulli- y muy discretamente le pidió que reservara para alguien “muy importante”. Lo que siguió fue una deliciosa cena de amigos, muy sencillos y amables, según explicó Zafa después en entrevista con la cadena Cope.
Hay foto del equipo de Amar con el trío Springsteen-Spielberg-Obama. Imagino que harán un vinilo con la fotografía y lo pegarán en tamaño gigante en la cocina.
Eso fue solo el comienzo. El concierto del viernes 28 en el Estadio Olímpico fue apoteósico: 55.000 personas trepidando.
El sábado por la mañana, mientras Springsteen y Patti Scialfa descansaban y se preparaban para el siguiente concierto del domingo 30, los Spielberg y los Obama salieron de visita por la ciudad.
Antes del mediodía, hicieron una privada a la basílica de la Sagrada Familia.
Una portavoz del templo ha explicado a Aleteia que tuvieron acceso por la calle Mallorca (donde está en construcción la Fachada de la Gloria) y subieron al balcón de cantorías, un lugar actualmente restringido al público que queda a varios metros de altura y deja ver una maravillosa perspectiva del interior del templo.
Después, Steven Spielberg y Barack Obama con sus respectivas esposas bajaron a la nave central, de la que Gaudí había dicho que sería como un bosque, con las columnas y las entradas de luz solar. Una obra arquitectónica que conecta con la obra de la Creación.
Desde allí, los visitantes siguieron hasta la Fachada del Nacimiento y contemplaron la belleza de las escenas del Evangelio que allí han quedado grabadas en piedra: el Nacimiento, la Adoración de los Magos y de los pastores, los ángeles cantores, la huida a Egipto, el taller de carpintería de José…
La visita duró cerca de 30 minutos y tanto Spielberg como Obama manifestaron que les había gustado mucho. De hecho, Michele Obama había visitado hace unos años la Sagrada Familia con sus hijas.
También Springsteen ha visitado varias veces la Sagrada Familia. Este año no ha podido ser, pero sin duda animó a sus amigos a no perdérsela en su viaje a Barcelona.
El domingo día 30, las dos parejas visitaron el monasterio de Montserrat. Fueron recibidos por el abad Manel Gasch y el prior Bernat Juliol, que les acompañaron al camarín de la Virgen. Luego firmaron en el libro de visitas un cariñoso “Thank you for your beautiful visit!”.
Tanto la visita a la Sagrada Familia como a Montserrat son manifestaciones del respeto y la buena sintonía con la fe católica por parte de Steven Spielberg y Barack Obama, el primero judío y el segundo congregacionalista, de la Iglesia Unida de Cristo, protestante.
Fue sin duda un viaje completo, para apreciar que los famosos valoran la amistad, el matrimonio, la aportación de la Iglesia a la vida y la relación con Dios.
Antes de marcharse de Montserrat, los cuatro ilustres visitantes subieron en funicular y pasearon por la montaña. Quién sabe si de todo eso algo veremos en algún futuro filme de Spielberg. Desde luego, no es descabellado pensar que estos días habrán dejado impronta en sus vidas.