Hace unos 40 días, con el inicio de Cuaresma, desde Nicaragua se informaba que las procesiones de Viacrucis (entre otras tantas en los últimos meses) habían sido afectadas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Sin embargo, en medio de un clima de hostilidad y persecución contra integrantes de la Iglesia desde hace algunos años (donde aparece de manera emblemática la condena a 26 años de prisión al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez), la gran interrogante pasaba por saber cuál sería el comportamiento del régimen durante la semana más importante para los cristianos.
La respuesta, para muchos esperada, no se hizo esperar. Y en estos días ya se comenzaron a experimentar las alteraciones impuestas por el régimen.
En efecto, según un reportaje reciente del medio local Confidencial titulado «Daniel Ortega ordena a la Policía: ¡Que no salgan los santos a las calles!», la tradicional procesión de Jesús del Rescate en Popoyuapa, Rivas, no se desarrolló durante el viernes de Dolores.
Pero tampoco se pudo participar libremente de la «Procesión de las Palmas» este Domingo de Ramos –tradición que da inicio a la Semana Santa- ya que la orden a la Policía fue limitar ese tipo de manifestaciones religiosas al interior de los templos de Nicaragua.
Sentimientos encontrados
«Están hiriendo los sentimientos más nobles que el pueblo cristiano católico tiene: su fe. Y lo que más tristeza nos da, ellos (Daniel Ortega y Rosario Murillo) hablan de Dios, de la Semana Santa, y están prohibiendo todo esto», expresó a Confidencial un sacerdote mencionado como «Carlos» (pidió omitir su verdadero nombre).
Es que entre la feligresía nicaragüense que comienza a vivir la Semana Santa 2023 hay sentimientos encontrados debido a que si bien se sienten fortalecidos por la fe, al mismo tiempo surge la impotencia ante los constantes hostigamientos hacia la libertad religiosa, continúa Confidencial.
Semana Santa «mutilada»
Este 1 de abril, quien también se expresó de manera contundente a través de las redes sociales de la mano de la publicación de un video casi dos minutos con varios mensajes, fue el Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh).
«La prohibición de procesiones de cuaresma y Semana Santa en Nicaragua son una flagrante violación a la libertad de conciencia, religión у libertad de expresión», señala el Cenidh en uno de los pasajes.
«El régimen Ortega-Murillo no solo quiere desterrar y desnacionalizar, ahora también destruye lo más solemne y sagrado del pueblo: su fe cristiana y sus tradiciones, que son parte de su identidad», prosigue.
«Este año, sin procesiones a nivel nacional, la Semana Santa estará incompleta, mutilada, faltará el cuerpo de la participación popular, pero ante tanta represión el fervor del pueblo debe resistir fortalecerse», sentencia el organismo vinculado a los derechos humanos en Nicaragua.