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John Main: ¿cristianismo o Nueva Era?

JOHN MAIN

wccm-latam.org

Vicente Jara - publicado el 14/03/23

El padre John Main era un religioso benedictino, nacido en 1926 en Londres y fallecido en 1982. Main fue la inspiración (y sigue siéndolo) para muchos cristianos, sacerdotes, religiosos y laicos, algunos de ellos meditadores que a partir de él crearon sus propias variaciones, y que vieron en su persona un modo fresco y novedoso de orar, tan nuevo, que podemos situarlo en lo que se denomina la Nueva Era, en sentido amplio.

Por esto, lamentablemente, su modo de oración se situaría fuera del modo de oración de la Iglesia, siendo solamente una corriente más de espiritualidad de la «New Age», aunque revestida con algunos ropajes del cristianismo según le eran de interés, confeccionando a retazos un cristianismo hecho a la medida.

John Main, antes de entrar en la Orden de san Benito, estudio Derecho, fue diplomático, y vivió en Malaysia, país en el que conoció al monje hindú Swami Satyananda, de quien aprendió el silenciamiento y la quietud hinduista, una práctica que hizo cotidiana. De vuelta a Europa como profesor de Leyes se hizo religioso benedictino en 1958. 

Sus meditaciones, de corte orientalista, no eran consideradas por sus superiores como adecuadas dentro del marco de la fe cristiana, por lo que se le prohibió que siguiera con ellas.

Pero el hermano John intentó profundizar más y unificarlo con la espiritualidad monacal y su fe cristiana. Quiso haber encontrado en los orantes padres de desierto del cristianismo primitivo, y en especial en el monje Juan Casiano, las claves que le permitían armonizar cristianismo e hinduismo. Por esto, podemos suponer que John Main posiblemente creyera que estaba ahondando en la espiritualidad cristiana, incluso en la espiritualidad de san Benito, como religioso benedictino que era, si bien la falta de obediencia a sus superiores debería haberle alertado del rumbo que estaba tomando. 

En torno al año 1975 su propuesta fue ganando adeptos, inicialmente en su monasterio en Londres, luego en Canadá, acogiendo a católicos y protestantes, y además a hinduistas, budistas, musulmanes, etc., en lo que sería una red ecuménica (cristianos) y también interreligiosa, conformando una estructura internacional en la llamada Comunidad Mundial para la Meditación Cristiana en el año 1991, después de haber fallecido casi una década antes.

El problema con el pensamiento de John Main es que si bien su obra presenta abundantes textos de los evangelios o de las cartas de san Pablo… se percibe que los utiliza para unos fines preconcebidos y ajenos al cristianismo: intenta hacer de ellos una lectura oriental forzando sus significados muchas veces. 

Veamos por ejemplo lo que dice el mismo John Main: «Para meditar bien es preciso encontrar el lugar más tranquilo posible. Se requiere una postura cómoda, con la espalda erguida y quieta, y con una respiración regular. Entonces se comienza a recitar tranquilamente el mantra, en paz y con total sencillez. Para meditar, tan sólo se requiere repetir el mantra perseverando fielmente«. 

En toda su obra John Main reduce la espiritualidad prácticamente al mantra, el cual que no tiene un significado ni una raíz cristiana. Por otro lado, para el cristianismo es incorrecto afirmar que sea necesario un lugar tranquilo para hacer oración. Si así fuera tendríamos que negar la oración de Jesucristo en la cruz. Y estas posturas son incluso ajenas al judaísmo, y no las usaba ni Jesús de Nazaret ni su madre, María, modelo de orante, ni los apóstoles y posteriores cristianos. 

Otro aspecto discordante con el cristianismo es que John Main trata la oración como si fuera una pura técnica, infalible y necesaria. Es como una magia que obligaría a lo divino a hacer lo que el meditador desea. Nada de esto es cristiano y nada de esto se encuentra en los maestros de oración del cristianismo o en los santos. Pero sí en las técnicas de meditación orientales. Dice J. Main: «Si se es capaz de concentrarse durante cinco minutos, nos preparamos para el arte de la meditación, que consiste esencialmente en concentrarse. Sin embargo, en la meditación no hay que ocuparse de ideas o de imágenes. Habrá que concentrarse en el mantra y en el silencio hacia el que aquel te irá conduciendo«. 

De nuevo, todo ello muy alejado de la oración cristiana. Por esta razón Main afirmaba que muchos cristianos, sacerdotes, monjes y monjas católicos no le entendían. Y en cambio, «con frecuencia he encontrado que aquel que no es cristiano, incluso aquel que no pertenece a ninguna religión, es quien antes entiende en qué consiste«. Lo que nos llama la atención de lo anterior de John Main es cómo no hizo caso de aquellos hermanos de fe que le avisaban y en cambio buscó la reafirmación de sus ideas en los ajenos a la Iglesia.

John Main no era veraz al decir que los judíos tenían mantras, comentando que debían bendecir a Dios a todas horas. En la oración del judaísmo no hay mantras. En esta oración creció Jesús de Nazaret, enseñado por su padre José. Tampoco la oración que Jesús enseñó a sus discípulos, el Padrenuestro, es un mantra, en contra de lo que también afirmaba J. Main. Las oraciones que encontramos en diversos lugares del Nuevo Testamento no lo son. Tampoco en la liturgia cristiana.

Intentando encuadrar su metodología John Main, de entre los padres del cristianismo o monjes del desierto, querrá ver en Juan Casiano, del siglo IV-V, un ejemplo de sus modos de meditar. Lo citará numerosas veces, pero siempre tomando lo que le interesaba y silenciando lo que no encajaba con su patrón predeterminado. Dice J. Main: «Casiano recomendaba a todo aquel que quisiera aprender a orar, y a orar sin cesar, que tomara un versículo [de la Biblia] y lo repitiera una y otra vez. […] plantea este sencillo método de la repetición constante como la mejor manera de deshacernos de las distracciones y del bullicio que existe en nuestra mente, a fin de que ésta pueda descansar en Dios«.

En cambio, Casiano, que venía de familia acomodada, lo dejó todo y abrazó la pobreza total buscando a Dios. Fue al desierto para conocer la vida de aquellos orantes, los que vivían en soledad o en comunidad cenobita. Y vivió con ayunos, mortificación y penitencias. Llevará lo aprendido de monjes de Palestina, Siria, Egipto o Mesopotamia a Occidente, fundando dos monasterios en el sur francés. Como vemos, una vida muy recia y abnegada. Nada de esto se precisa en la meditación de J. Main.

Casiano recomienda orar con la vida, desde el desprendimiento y la pobreza, fundamentales para la vida interior. Sin ella no se puede progresar en la vida interior. Para llegar a la perfección es preciso luchar contra la concupiscencia de la carne y la del espíritu. Casiano habla de los vicios capitales, comenta tentaciones diversas y al Tentador, el Diablo. Si se cae en estos obstáculos no hay perfección cristiana. Nada de esto leemos en las obras de John Main, solo mantras y repeticiones, edulcorando al verdadero Casiano y recortándolo a conveniencia.

Casiano dice que para vencer esos obstáculos hay que practicar oración, pero además el renunciamiento, la penitencia, el ayuno y la mortificación. Solo con la oración no se puede. Lo importante es Dios, pero Casiano por propia experiencia dice que hay una labor muy sacrificada para que la persona se oriente a Dios. Buscar lo sencillo sin todo el trabajo arduo es hacerse trampas y querer engañarse. Y eso es precisamente lo que hoy encontramos en la Nueva Era, una espiritualidad simplificada y sencilla, aburguesada, sin sacrificio y mortificación, sin lucha contra el pecado, palabras eliminadas de tantos autores modernos, pseudo-maestros de espiritualidad.

Junto a lo anterior Casino dice que son necesarias las virtudes, como la humildad, la obediencia, la dulzura, la caridad, la discreción, la paciencia, la fidelidad y la pureza del alma, para avanzar en el camino a Dios. Y así Dios concede su gracia, que solo se alcanza si la persona está sin pecado mortal. Dice Casiano que sin todo ello «es imposible adquirir esa pacífica y continua oración; y sin ella no se logra su perfección«.

Sin embargo, para John Main solo es necesario la técnica postural y el mantra. Volviendo al mantra, J. Main recomienda la palabra ‘Maranatha’, palabra aramea que significa «ven Señor Jesús», si bien dice que no pienses nada, que no tengas pensamientos, idea ni imagen alguna. Solo colocación de espalda, cierre de ojos, relajación, silencio, y recitación de las sílabas de esta palabra, ‘Maranatha’, todas las sílabas pronunciadas en igual longitud, solo decir la palabra. Pero eso no es oración cristiana ni es la espiritualidad de los padres del desierto.

Incluso John Main llega a retorcer el significado de la pobreza, tan cabal y seria en la vida de Casiano, para afirmar que la pobreza está en la pobreza del mantra: «El camino hacia la pureza de corazón, hacia una percepción plena y nítida, es el de la pobreza, la «gran pobreza» del mantra«. 

Acabamos volviendo a hablar de la oración del Padrenuestro, oración que para John Main era otro mantra. Sin embargo, tratando de ella, Casiano dice que esta oración ha de ser rezada en profundidad por aquellos que van caminando en el desprendimiento exterior e interior, y continuamente se preparan leyendo la Escritura y piensan a menudo sobre la muerte y el morir en pecado mortal, es decir, piensan en su posible condenación eterna, van alcanzando la unión con Dios, y llegan a la oración continuada y constante de manera perfecta. 

Como vemos reiteradamente, lo que encontramos en John Main es una caricatura distorsionada y mutilada de Casiano, de la tradición de la oración del cristianismo y de la vida de oración de los diferentes santos. Es así un ejemplo palpable y claro de la espiritualidad de la Nueva Era, deformación de la verdadera fe cristiana. 

Referencias

  1. Vicente Jara Vera. «Nueva Era revestida de cristianismo: John Main». Programa radiofónico, Radio María, «Conoce las Sectas» (15/02/20). https://www.ivoox.com/ries-conoce-sectas-radio-maria-audios-mp3_rf_48095751_1.html
  2. John Main. «Una palabra hecha silencio. Guía para la práctica cristiana de la meditación».
  3. John Main. «Monastery without walls. The spiritual letters of John Main».
  4. John Main. «Collected Talks».
  5. Juan Casiano. «Colaciones».
  6. Juan Casiano. «Instituciones».
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