Buford “Hody” Childress era un jubilado amable, que vivía en Geraldine, un pequeño pueblo de menos de 1.000 habitantes de Alabama, en Estados Unidos.
Hody era un buen vecino. Prestaba patatas y otras verduras y hortalizas al vecino que le pedía algo de urgencia. Todos sabían que era amable y servicial. Era veterano de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos. Había trabajado como granjero y también en la empresa Lockheed Martin Space, dedicada a seguridad y defensa.
La vida de Hody no había sido un camino de rosas. Había perdido a su padre y a su hijo a causa de un tornado en el año 1973. Más tarde, en 1999, falleció su primera esposa de esclerosis múltiple.
Pero todas esas desgracias habían hecho de él un hombre servicial, buen padre de su hija y volcado en ayudar a los vecinos de su pueblo. Con su tractor, hacía arreglos a quien se lo pedía.
Pero hay más en la historia que Hody Childress que ha quedado en secreto hasta hoy.
“Diles que es una bendición de Dios”
Hace 10 años, en 2012, Hody fue a la farmacia de su pueblo y le dio un billete de 100 dólares a la persona que estaba en el mostrador, Brooke Walker. Así lo ha testimoniado en una entrevista de la cadena de radio NPR:
“Un día entró en la farmacia y me preguntó si alguna vez había habido alguien con dificultades para pagar los medicamentos. Me alargó un billete y me dijo ‘la próxima vez que pase, vas a utilizar esto. No quiero que sepan de quién viene y no quiero saber a quién va, diles sólo que es una bendición de Dios‘.”
Secreto revelado al morir
El anciano Hody falleció el día de año Nuevo con 80 años. Fue entonces cuando su hija, Tania Nix, decidió hacer público aquel secreto que su padre solo había compartido con ella. Durante los últimos 10 años, sin faltar ningún mes, Hody había apartado 100 dólares de su pequeña pensión de jubilado y los había entregado a la farmacia del pueblo para que los destinaran a pagar los medicamentos de personas sin recursos para costearlos.
Hay que decir que en Estados Unidos no hay Seguridad Social y que, por lo tanto, muchas personas quedan sin posibilidad de tener un seguro médico privado. Además, en Geraldine, un 19% de la población vive por debajo del nivel mínimo de recursos económicos.
Tania explicó que estaba totalmente de acuerdo con la decisión de su padre, y que solo con que aquel dinero hubiera servido para salvar a una persona, había valido la pena.
Después de dar a conocer este secreto, la sorpresa fue mayúscula en el pueblo. Días más tarde, una mujer escribió a la hija de Hody y le explicó que años atrás su hijo necesitaba una inyección de epinefrina, pero la familia no podía costear los 600 dólares que pedían por ella. “Me dijo que posiblemente mi padre había salvado la vida a su hijo”, explicó.
Brooke Walker explicó que, en la farmacia, el dinero que le había ido entregando Hody Childress lo empleó en antibióticos, medicamentos que salvan vidas o situaciones urgentes. Estaba en contacto con médicos que podían saber de alguna situación difícil, pero nunca desveló quién era el benefactor.
La historia de Hody se ha difundido ahora en las redes sociales gracias al testimonio de Walker, que recogió la sobrina de Hody, Ashley Darnell Sargent.
Ayuda a una madre soltera
En otra ocasión, el dinero de Hody sirvió para otro buen servicio:
“Una vez vino una madre soltera joven. Ella y su hija necesitaban unos medicamentos que el seguro no cubría y no había alternativas. Cuando les di la medicación con el recibo, empezó a llorar. Al cabo de unos meses, vino para pagarlo. Quería que el dinero se usara para ayudar a personas en dificultades. Sin darse cuenta, Hody creó un efecto dominó“
En principio, Hody no tenía previsto decir a nadie su secreto. Sin embargo, el año pasado comenzó a sufrir EPOC, una enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Debido a eso no podía desplazarse hasta la farmacia para entregar el dinero mensualmente. Fue entonces cuando contó su acción caritativa a su hija Tania.
Le dijo, como recoge una entrevista a la BBC:
“Llevo tiempo haciendo algo y me gustaría que lo sigas haciendo: me gustaría que, mientras yo viva, lleves un billete de 100 dólares a la farmacia el primer día de cada mes”.
Tania se pregunta qué motivo a su padre a comportarse así, cuando su pensión no era muy elevada.
“No sé qué le inspiró a llevar billetes de 100 dólares a la farmacia, pero cuando mi madre estaba enferma los medicamentos eran caros. Quizás eso tuvo algo que ver”, explicó a The Washington Post .