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Hermana Norma Pimentel: «Vete a la cama tan cansado de hacer el bien»

Sister Norma Pimentel Executive Director of Catholic Charities of the Rio Grande Valley

Photo Courtesy of Catholic Charities of the Rio Grande Valley

Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 17/10/22

Entrevista exclusiva a la hermana Norma Pimentel, Misionera de Jesús y directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, en la diócesis de Brownsville, Texas (Estados Unidos). Ha sido una de las 100 personas más influyentes del mundo según la revista Time

«No dejes pasar un momento en tu vida sin realmente lanzarte a hacer todo lo posible para vivir esa presencia de Dios que traes en tu corazón haciendo el bien a otros. Como dice el Santo Padre: Vete a la cama tan cansado de hacer el bien». 

La hermana Norma Pimentel ha recibido varios premios y reconocimiento, incluida una misiva del Papa en la que le agradece su labor a favor de los más pobres y necesitados, especialmente importante debido a la cantidad de migrantes, niños, familias, que a diario cruzan la frontera norte de México para tratar de llegar a Estados Unidos

Todavía están vivas las imágenes en las que se ven niños centroamericanos y mexicanos encerrados en jaulas de metal, apresados en la frontera norte. Pero también hay gestos de humanidad, así lo cuenta la hermana Norma Pimentel a Aleteia.

Sister-Norma-Pimentel-AFP

Familias que huyen

«Yo veo familias que se encuentran en circunstancias tan difíciles y hundiéndose en un sufrimiento horrible. En medio de todo esto existen igualmente personas que abren las puertas de su corazón a los inmigrantes», dijo a Aleteia la hermana Pimentel. 

Como directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, en la frontera entre EE.UU. y México, Pimentel ve hasta 800 migrantes cada día que llegan a su centro, a menudo su primera parada después de ser liberados de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU.

Allí, la hermana de los Misioneros de Jesús y su personal les ayudan a organizar el resto de su viaje hasta sus destinos finales, y les proporcionan ropa nueva, una comida caliente y una ducha. Más de 150.000 migrantes han pasado por las puertas de su ministerio.

El oficial samaritano 

La hermana Norma también nos cuenta una historia reciente vivida en su apostolado y que le conmovió mucho:

«Un padre de familia cruza la frontera con su esposa y con su pequeño de unos años. La patrulla fronteriza lo detiene, lo procesa. En el transcurso de los hechos, el oficial mira los pies de este padre que está descalzo y sus pies están totalmente destrozados, con ampolletas y con sangre y en una condición pésima. 

El oficial le pregunta al padre de familia: ‘¿qué te pasó? ¿por qué traes los pies así?’  El padre responde al oficial: ‘¡Hemos caminado por días y días y pues ya ni zapatos tenía!’  Y el oficial se pone a llorar al verle así con esos pies sangrantes. 

El oficial no pierde tiempo va a su carro y saca de allí del baúl un par de tenis. Y se los entrega al hombre: ‘Póntelos ahorita mismo’. Y no solo eso, él también se quita los zapatos para sacarse los calcetines que trae puestos y se los entrega también. Después de medicarle los pies destrozados, el papá se pone los tenis y regala al oficial lo único que tiene en ese momento para dar: una sonrisa lánguida, pero sincera. 

Quizás, la primera en días de travesía. No entendemos la magnitud de ese sufrimiento hasta que vemos unos pies destrozados. Esto nos mueve a abrir nuestro corazón y dar lo que tenemos.

Y creo que es solamente un ejemplo de miles que vemos por aquí en la frontera de personas que están sufriendo y otras más que se conmueven y ayudan a quien tiene menos que ellos», afirmó la hermana Pimentel que nació el 1 de julio de 1953 en Brownsville, Texas, donde creció y vive actualmente.

Pimentel y sus cuatro hermanos son hijos de inmigrantes mexicanos -su madre de Matamoros, cerca de la frontera con Estados Unidos, y su padre de Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala- y crecieron yendo y viniendo entre Texas y México.

Sin embargo, su congregación, los Misioneros de Jesús, acabaron por inculcarle la devoción por el servicio a los inmigrantes. 

«Yo no puedo hacer lo que hago sin la oración, sin participar en la mañana en la Eucaristía y en la noche rezar ante el Sagrario».

La exclusión de los migrantes es «repugnante…»

En la homilía de la misa de canonización del ítalo-argentino Artémedes Zatti y del italiano Giovanni Battista Scalabrini, que se ocuparon de los migrantes a lo largo de la vida, el papa Francisco subrayó que «la exclusión de los migrantes»  era «repugnante, pecaminosa y criminal» (09.10.2022). ¿Qué opinión le merecen estas palabras? 

«Es la verdad, cuando vemos al inmigrante cómo sufre, cómo es rechazado y cómo abusamos de su presencia, fallamos. Debemos defender la vida de los inmigrantes que es digna y sagrada.

Las palabras del Santo Padre son precisas respecto a la realidad que se está viviendo actualmente, que de verdad debemos estar mal para no dar una mejor respuesta a los inmigrantes y, al contrario, nos aprovechemos de ellos». La hermana abogó para que «los gobiernos den respuestas adecuadas para recibir y proteger a todo ser humano». 

Todavía están vivas las imágenes de niños encarcelados en jaulas de metal por la policía fronteriza.

«Los niños son víctimas porque se les roba su futuro y su presente, lo hermoso de su niñez, cometemos un error al no defenderles. Es nuestra responsabilidad,  tenemos que defender la vida, especialmente de las criaturas que sufren.

Y estos niños que fueron separados (de sus padres) o, que han sufrido una separación y siguen pasando por este sufrimiento, merecen que nosotros encontremos soluciones para reunificarlos a sus familias». 

Sister Norma Pimentel Executive Director of Catholic Charities of the Rio Grande Valley

Abrir las puertas del corazón 

El Papa también nos dice que «no abrir las puertas» a los inmigrantes significa enviarlos «a los campos de concentración donde son explotados y vendidos como esclavos». 

«Las familias que llegan en grandes números aquí en la frontera están desesperadas. Porque consideran que es la única protección que ellos puedan encontrar, salir del país y proveerles a sus hijos una vida mejor fuera. Estas familias se arriesgan porque huyen de una explotación tremenda. 

El Santo Padre tiene razón, si les cerramos las puertas, ellos no tienen otra alternativa y siguen expuestos a calamidades increíbles. No cabe duda, que son un pueblo explotado y abusado. Y creo que es muy cierto que al no abrir las puertas, especialmente de nuestros corazones, estamos negándole la vida a tantas personas», expresó la hermana Pimentel. 

El Papa ha recordado cuatro postulados con respecto a quienes, por la condiciones de pobreza o de violencia, abandonan sus hogares rumbo a lo desconocido: recibirlos, protegerlos, acogerlos e integrarlos. 

«Yo creo que es lo básico. Las comunidades en todo el mundo debemos dar respuestas ante la realidad del pueblo que se moviliza a buscar vida, a buscar protección. Definitivamente recibirlos es parte de nuestra responsabilidad ante la humanidad y estar ahí unos para otros. Hay que darle esa oportunidad y cuando no lo hacemos, estamos fallando a ese compromiso ante la vida».

En 2015, el papa Francisco agradeció personalmente a la hermana Pimentel su trabajo con los inmigrantes en una reunión virtual en el centro de la ciudad presentada en el programa «20/20» de la cadena ABC. Ese mismo año fue nombrada una de las católicas del año 2015 de Our Sunday Visitor y ganó una nominación a «Tejana del año».

En 2019, tras recibir el Premio Sor Margaret Cafferty al Desarrollo de los Pueblos de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano de los obispos de Estados Unidos, Pimentel, que también ha recibido la prestigiosa Medalla Laetare de la Universidad de Notre Dame y el premio «Keep the Dream Alive» de Catholic Charities USA, atribuyó a la oración el hecho de mantener los pies en la tierra y los ojos en el cielo.

«La Eucaristía nos da la fortaleza, la claridad para entender y saber lo que Dios quiere que hagamos. Entonces Dios va a poner los medios y las personas y las razones por las cuales tienes que entregar tu vida y darte para hacer el bien a aquella persona que lo está necesitando».

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