El Catecismo de la Iglesia Católica no habla directamente sobre el control de armas, pero insta al respeto de toda vida humana
El control de armas ha sido un tema muy debatido en los Estados Unidos durante muchos años, con un aumento del debate en los últimos años.
Muchos recurren a la Iglesia católica en busca de orientación sobre este tema, y en particular al Catecismo de la Iglesia Católica.
¿Qué dice el Catecismo sobre el control de armas?
Desafortunadamente, el Catecismo no dice nada sobre el control de armas, pero tiene muchos pasajes sobre la dignidad de toda vida humana y cómo el asesinato es un mal grave.
Toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios vivo y santo.
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Causar la muerte a un ser humano es gravemente contrario a la dignidad de la persona y a la santidad del Creador.
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«Legítima defensa»
El Catecismo también explica lo que la Iglesia entiende por “legítima defensa”.
El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal
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Este principio siempre se refiere a la “defensa”, defender la propia vida de un agresor. El Catecismo no enumera si esto incluye o no las armas de fuego, sino que cada persona debe poder ejercer la legítima defensa.
¿Qué dicen los obispos sobre el control de armas?
Los obispos de los Estados Unidos han expresado repetidamente su preocupación por la violencia armada y apoyan las medidas de control de armas.
La USCCB ha apoyado constantemente la regulación, venta y uso sensato de armas de fuego.
El 3 de junio, la USCCB envió una carta a todos los miembros del Congreso instando a los legisladores a “unirse en su humanidad para detener las masacres de vidas humanas” y promover legislación que salve vidas para abordar la violencia armada.
El control de armas seguirá siendo un tema ferozmente debatido. Y aunque la Iglesia ofrece algunos principios básicos, dependerá de los católicos usar su conciencia y llegar a una solución razonable que respete toda vida humana, mientras implementan reformas que mantengan a la comunidad a salvo de la violencia armada.
