La vida urbana crece cada vez más. Las personas emigran del campo y de las zonas rurales a vivir aglomerados en las grandes urbes del planeta. Eso lleva consigo una ruptura con el contacto con la naturaleza y a vivir inmersos en el hormigón, los plásticos, los metales y todo lo artificial.
Por el simple hecho de apartarnos de la conexión con la naturaleza, ya surge un estrés que sutilmente nos va consumiendo sin darnos cuenta.
En este artículo te vamos a explicar la teoría del Dr. Qing Li, en su libro El poder del Bosque acorde con el concepto japonés de Shinrin-Yoku ( bosque-baño), que significa sumergirse en el ambiente del bosque o absorber el bosque a través de todos nuestros sentidos.
Casi todos hemos tenido la grata experiencia de disfrutar de una caminata en un bosque y de gozar de su sombra, de escuchar el canto de las aves, del colorido de diversas plantas y flores, del viento que acaricia las ramas, de la riqueza que nos regalan la flora y la fauna de las montañas o de las selvas tropicales con sus ríos, lagos y costas. Así es más fácil disminuir nuestro estrés y distraernos de nuestras preocupaciones y nos ayuda a relajarnos, a pensar con más claridad y a meditar o a orar. Los beneficios de contemplar y pasear por los bosques son inmensos.
Un sano estilo de vida
En la carta encíclica Laudato si’del Papa Francisco propone la importancia del cuidado y protección del medio ambiente, la vida es un don que hemos de salvaguardar y mejorar profundamente con una sano estilo de vida. Y cita a San Francisco (n. 12) quien nos propone “reconocer la naturaleza como un espléndido libro en el cual Dios nos habla y nos refleja algo de su hermosura y de su bondad: ‘A través de la grandeza y de la belleza de las criaturas, se conoce por analogía al autor'”. Es un gesto muy significativo, para indicarnos que estamos para vivir en armonía con ella, y no para doblegarla y destruirla, como muchos lo han llegado a interpretar.
El amor a la naturaleza ha sido uno de los grandes temas de múltiples personas espirituales y conscientes.
En 1984 el biólogo norteamericano E. O. Wilson divulgó el concepto de la Hipótesis de la biofilia, que significa que tenemos una cierta necesidad biológica de conectarnos con ella. Es un amor natural, inscrito en nuestro ADN, para buscar mantenernos conectados con ella. Y la amamos, porque a lo largo de la historia hemos podido sobrevivir gracias a todo lo que nos ha proporcionado. Somos genéticamente propensos a que nos guste todo lo natural.
Por ello personas como el Dr. Qing Li promueven la maravilla de abrir los sentidos y darnos una tranquila y serena caminata en los bosques, con el fin de gozarlo y de reconectarnos con esos ritmos y experiencias que nos van devolviendo el equilibrio y la armonía.
Los japoneses usan la palabra yugen para indicar ese profundo sentido al disfrutar de la belleza de la luna llena, una puesta de sol, el arcoiris. En fin, de los misterios de este planeta y el universo entero.
Captar en plenitud la naturaleza
La idea del baño de bosque no trata del ejercicio, ni de realizar excursiones o algo parecido. El objetivo es percibir con mayor plenitud ese maravilloso entorno y poderlo respirar y captar a plenitud.
Las personas se aglomeran en las grandes ciudades. Progresivamente van viviendo bajo techo y frente a una pantalla, por largas horas durante el día. Materialmente se desconectan de lo que sucede en el cielo, las nubes, las estrellas. Pierden la noción de la primavera y las demás estaciones. Dejan atrás el contacto con lo natural para abrazar lo artificial y creado por la mano del hombre, en vez de apreciar lo que ya está simplemente allí. Como son los bosques, ríos y lagos.
Según la ONU, para el año 2050 cerca del 75% de la población mundial habitará en ciudades, en vez de en las zonas rurales. También iremos cada vez más a vivir en interiores, con espacios más reducidos y sin el apetito para ir a caminar a un bosque.
De aquí la importancia de que con tan sólo pasar un tiempo breve en contacto con la naturaleza, te puede ayudar a que mejore tu salud. Un baño de bosque te puede desconectar de la tecnología, de tus preocupaciones y agobios y recuperar una mayor serenidad interior. Y todo ello en beneficio de tu equilibrio y el fortalecimiento de tu sistema inmune.
Qué esperamos para darnos un baño habitual, de este tipo, tal y como lo hacemos con el agua en casa. Serán muchos los beneficios.
Finalmente estamos ante el gran regalo de la Creación y a nuestra plena disposición.