Esta ciudad mexicana es famosa por vacaciones desenfadadas y llenas de excesos. Sin embargo, Cancún es mucho más… Muy cerquita de allí también se encuentra un templo con una de las devociones favoritas del Papa Francisco: la Virgen Desatadora de Nudos.
La pintura original se encuentra en Alemania y data del año 1700 aproximadamente. Fue realizada por el alemán Johann Georg Melchior Schmidtner, a petición del nieto de un matrimonio que aseguraba que la Virgen María había intercedido para resolver los problemas de pareja de sus abuelos.
Coloquialmente, se le ha llamado la Virgen Desatanudos, ya que se puede observar a nuestra Madre con un cordón que está lleno de nudos (que simbolizan los problemas y dificultades humanas, ahora no sólo matrimoniales) tratando de desenredarlos. Está rodeada de ángeles, iluminada por el Espíritu Santo y se le ve pisando a una serpiente, que bíblicamente representa el mal y las tentaciones.
Tesoro del Papa
El padre Jorge Bergoglio conoció a la Virgen Desatanudos en los años 80 cuando fue a estudiar a Alemania. Le gustó mucho que fuera intermediaria ante esos problemas matrimoniales y personales que parecen no tener solución, esos que de verdad parecen nudos, que mientras uno más intenta desenredarlos, a veces más se aprietan.
Tanto así que, cuando fue nombrado arzobispo de Buenos Aires, encargó una copia del cuadro y lo puso en la iglesia de San José Talar. Posteriormente, al ser elegido Papa, pidió otra copia para llevarla al Vaticano.
Su devoción por esta advocación de María es tan grande que ha recurrido a ella en uno de los momentos más difíciles de su pontificado: la pandemia. Frente a la imagen de la Virgen Desatanudos, el Papa Francisco clausuró el maratón del rezo del rosario por el fin del Covid-19 que se hizo en mayo de este año.
En medio de la naturaleza
Muy probablemente ha sido la devoción del Papa la que ha colaborado en gran medida a que se conozca más a la Virgen Desatanudos por todo el mundo. En 2015, los mexicanos decidieron construir el primer (y hasta ahora único) santuario para ella. Se encuentra en Quintana Roo, cerquita de Cancún, y es una construcción bastante sencilla y rústica, pero muy acogedora y sentimental.
Allí la gente acude a misa pero sobre todo a pedirle a la Virgen que les ayude a “desatar” sus problemas y se los escriben en unos listones blancos que están guindados por todo el templo. También hay un área llamada la Plaza de los Agradecimientos, donde las cintas se pintan de los colores más llamativos, ya que es donde la gente que recibió los favores de la Virgen (y puede volver al santuario), le demuestra su gratitud.
“Aquí hay muchas iglesias, pero hacía falta un lugar apto para la oración y la meditación. A las personas les gusta venir, ya que es una experiencia original en medio de la selva. El lugar mezcla los signos tradicionales de la fe, con la convivencia en un ambiente de acogida, en el que se puede andar entre la naturaleza”, explica el padre Luis Pablo Garza L.C., director del santuario.
Oración del Papa Francisco a la Virgen Desatanudos
¡Oh, María! Tú, que sabes desatar los
nudos de nuestra existencia y conoces
los deseos de nuestro corazón, ven
en nuestra ayuda. Estamos seguros de que,
como en Caná de Galilea, harás que vuelva
la alegría a nuestras casas
después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Amor Divino,
a aceptar la voluntad del Padre
y a hacer lo que nos diga Jesús,
que tomó sobre sí nuestros sufrimientos
para llevarnos, a través de la cruz,
a la alegría de la Resurrección.
Amén.