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Matthew McConaughey revela cómo conoció al monje católico que lo casó con Camila Alves

Matthew McConaughey

All-Pro Reels-CC BY-SA 2.0

Dolors Massot - publicado el 10/08/21

El actor publica "Greenlights", un libro de confesiones y recuerdos personales en los que Dios aparece en momentos decisivos

El libro se llama «Greenlights», porque está compuesto de «semáforos verdes», ideas para vivir la vida con pasión. Matthew McConaughey ha cumplido 51 años y ha compilado pensamientos, reflexiones y recuerdos de todo tipo. Con ellos uno puede hacerse una idea de cómo es de verdad este tejano cien por cien, casado con la modelo brasileña Camila Alves desde 2012. Con ella ha sido padre de 3 hijos: Levi, Vida y Livingstone, de 13, 11 y 8 años, respectivamente.

Su matrimonio con Camila Alves, católica, supuso un importante acercamiento a la Iglesia. Pero en el libro Matthew McConaughey revela momentos del pasado que hablan de su búsqueda de Dios mucho antes.

Así fue, por ejemplo, cómo conoció al hermano Christian, el monje que más tarde sería el sacerdote que celebraría su matrimonio. Ocurrió en 1996.

Aquel año, 1996, le llegó la fama con «Tiempo de matar». Fue una película taquillera y Matthew McConaughey se sintió agobiado. Todo el mundo lo abordaba, parecían conocer hasta los máximos secretos de su vida. El comportamiento de su madre tampoco ayudó, porque ella se prestó a salir en televisión y mostrar más intimidades de lo que a su hijo le habría gustado.

Aquí puedes ver algunas imágenes de su historia personal:

El monasterio de Cristo en el Desierto

Llegado a este punto, el actor decidió aislarse. Y lo hizo nada menos que en el monasterio de Cristo en el Desierto, un convento benedictino situado en el desierto de Chama, al norte de Santa Fe, en el estado de Nuevo México.

Él mismo lo relata con detalle:

«El Monasterio de Cristo en el Desierto se asienta en medio de kilómetros
de desierto impertérrito, a orillas del río Chama, en Abiquiu (Nuevo
México). El camino de tierra de veintidós kilómetros que conduce hasta
allí desde la autopista suele estar difuminado, por lo que no se puede llegar en coche. A Thomas Merton le encantaba. Decía que este monasterio era un lugar donde la gente podía ir a «reajustar sus perspectivas».

Leí algo sobre él en un libro y pensé: ‘Esto es lo que necesito en este
momento: una realineación espiritual’.»

La cita de Thomas Merton no es casual. Merton se convirtió al catolicismo a los 23 años y fue ordenado sacerdote. Vivió como monje trapense y publicó muchos libros, entre ellos su autobiografía, «La montaña de los siete círculos», que fue un best seller.

«Mi cabeza era un caos»

El actor explica que en esos momentos «mi cabeza era un caos. Perdido
en el exceso de mi recién descubierta fama
y luchando contra el complejo
de no ser digno de ella, mi existencia, entonces sin techo, no solo me tenía
buscando mi rumbo, sino que también me estaba aplastando. ¿Cómo
podía un chico de clase trabajadora de Uvalde, Texas, merecer toda esa
opulencia y esos elogios?

«No sabía cómo manejar la decadencia de mi éxito, mucho menos creer que debía disfrutarlo. No sabía en quién confiar, y esto también me incluía a mí.»

A pesar de no ser católico, McConaughey sintió el deseo de acercarse al monasterio: «En el libro, los hermanos decían: «Si puedes llegar a nosotros, simplemente llama a la puerta, te acogeremos».»

«Bienvenido, hermano»

El actor decidió aislarse para reencontrarse y recuerda:

«Un buen amigo y yo viajamos desde Hollywood hasta ese camino de tierra, donde me dejó, y recorrí los veintidós kilómetros a pie hasta el monasterio. Llegué una hora después del ocaso y llamé a la puerta. Vestido con un hábito con capucha y una túnica, un hombre bajo llamado hermano André me recibió:
—Bienvenido, hermano, todos los viajeros tienen aquí un lugar donde hospedarse.
Me lavé y me dirigí a la cena grupal, en la que se leían los salmos en voz alta y hablar estaba estrictamente prohibido. Después, el hermano André me acompañó a una habitación pequeña y sencilla con un catre y una esterilla en el suelo en la que me tumbaba por las noches.»

«Necesito hablar»

Para Matthew McConaughey, aquellos momentos iban a ser cruciales.
«Al día siguiente, le dije al hermano André:
—Necesito hablar sobre algunas cosas que están pasando en mi vida y en mi mente, ¿sabe con quién podría hablar?
—Sí —respondió—, el hermano Christian sería el adecuado para hablar sobre ese tipo de cosas.
Me reuní con el hermano Christian y dimos un largo paseo por el desierto. Descargué mis sentimientos de culpa, los lugares bajos y lascivos por los que mi mente había estado viajando, la perversión de mis pensamientos.

—Desde que me he vuelto famoso —declaré— he intentado ser un buen hombre, no mentirme ni engañarme, ser más puro de corazón y de mente, pero estoy lleno de lujuria y despersonalizo a otras personas y también a mí mismo. No siento ninguna conexión con mi pasado ni veo el camino hacia mi futuro. Estoy perdido. No me siento yo mismo.

«Compartí mis demonios mentales -prosigue McConaughey- durante tres horas y media con el hermano Christian. Me autocastigué. Él no dijo ni una palabra. Ni una.
Simplemente me escuchó pacientemente mientras deambulábamos por
el desierto uno al lado del otro.»

GREENLIGHTS
Matthew McConaughey con el hermano Christian.

«Llegué al final de mi confesión»

«Al llegar la cuarta hora estábamos de regreso a la capilla, sentados en un banco justo en la entrada. Ahora llorando, finalmente llegué al final de mi confesión. Nos sentamos en silencio mientras esperaba el juicio de Christian. Nada. Finalmente, en la inquietud del silencio, miré hacia arriba. El hermano Christian, que no me había dicho ni una palabra en todo aquel tiempo, me miró a los ojos y, casi en un susurro, me dijo:
Yo también.
A veces no necesitamos consejo. A veces solo necesitamos oír que no somos los únicos.»

Transcurridos 16 años desde aquel primer encuentro, Matthew McConaughey pidió al hermano Christian que fuera el sacerdote el día de su boda con Camila Alves.

El casamiento, según cuenta en el libro, se celebró en la intimidad. Camila estaba embarazada del tercer hijo, Livingstone, que hoy tiene 8 años.

ALVES
Camila Alves.

«El 13 de junio de 2012, Camila Araujo Alves se convirtió en Camila Alves McConaughey.
El hermano Christian del monasterio ofició la ceremonia católica; nuestro pastor local, Dave Haney, hizo los saludos introductorios; el cantante John Mellencamp interpretó los salmos y una sacerdotisa candomblé nos bendijo en la magia afrobrasileña.»

«Necesitaba casarme con Camila»

McConaughey alterna el humor con la seriedad en las más de 350 páginas del libro. Pero, envuelto en la rudeza de que hace gala por ser de Texas, nunca falta la profundidad. Explica que es hijo de un matrimonio que se divorció dos veces y se casó otras tres. Su familia no era un modelo.

Un día, su hijo Levi -que entonces tenía 3 años- le preguntó si tenía miedo a casarse. El actor respondió:
—Sí, supongo que me da un poco de miedo.
—¿Miedo de qué?
—… de perderme —dije.
«Al día siguiente -escribe- fui a visitar a mi pastor. Hablamos del sacramento del matrimonio y de superar mis miedos.

«Me habló del misterio del matrimonio y de cómo, cuando dos personas que están destinadas a estar juntas se unen, la aventura de vivir uno al lado del otro no borra el sentido de identidad de uno mismo, sino que lo ilumina y lo conforma. De que cuando dos personas se unen en matrimonio, ambas llegan como un solo ser, y que en el matrimonio no perdemos la mitad de nosotros, sino que nos volvemos más nosotros. Con este compromiso con Dios, y con nuestra esposa, en realidad triplicamos nuestra existencia y nos convertimos en tres veces lo que somos. Tres entidades: esposa, marido y Dios, unidas, unánimes. 1 × 1 = 3. Una multiplicación mística.
—Hace falta valor y sacrificio —dijo. Y luego me retó—: ¿Qué representa
un riesgo mayor para ti, Matthew? ¿Embarcarte en esta aventura
o continuar con la que tienes ahora?
El reto. Me hizo pensar.»

La idea de casarse con Camila Alves había calado hondo en el actor y era consciente de que el matrimonio era un asunto muy serio.

«Me arrodillé»

«Me pasé las semanas siguientes hablando de ello con mi pastor, con mi hermano y con hombres que habían triunfado en su matrimonio. Pronto, por primera vez en mi vida, reuní el valor para ver el matrimonio no como el destino final, sino como una nueva expedición, una elección positiva y sentida para ser algo más, juntos, con la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida y la única madre con la que quería estar disfrutando en mi octogésimo octavo cumpleaños.»

«Por primera vez empecé a ver el matrimonio como algo más que una autorización bíblica y legislativa que se suponía que debía sentirme responsable de representar. Casarme con Camila se convirtió en algo que necesitaba hacer.Me arrodillé y le propuse matrimonio el día del cumpleaños de Jesús, en 2011.
Aceptó.»

El sí de Camila

El actor habla de Camila y la elogia como mujer decidida y valiente. Sin duda está convencido de que era la mujer que Dios tenía pensada para él. Afirma:


«Yo no me casé con la mujer de mis sueños aquella noche, me casé
con la mejor sobre la faz de la Tierra para mí, y es una sirena».

Camila, por su parte, dejó claro cuál era su propósito al querer casarse por la Iglesia Católica con Matthew McConaughey:

«Aquella noche, en el altar, Camila me miró a los ojos y dijo:
—No quiero nada, solo todo lo que tú tienes que ofrecer.»
El actor añade:
«Sin miedo y en busca de un nuevo misterio, me comprometí con el compromiso y, por primera vez en mi vida, sentí que podía tambalearme y no caer. Sabía que sería más difícil porque ahora, como marido y mujer, había más por lo que trabajar. Ya no perseguíamos mariposas: Camila y yo sembramos nuestro jardín para que pudieran
venir a nosotros.»

Sus metas en la vida

En una de las páginas del libro, Matthew McConaughey publica un papel que escribió el 1 de septiembre de 1992 y en el que anotó sus «Diez metas en la vida». La número 8 era «ganar el Oscar al Mejor Actor». Le llegó en 2014.

Las tres primeras eran:

1) ser padre.
2) encontrar a la mujer para mí y conservarla.
3) mantener mi relación con Dios.

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