Aquello de “¿qué te llevarías a una isla desierta?” o “¿qué salvarías en caso de que se declarara un incendio en tu casa?” nos parecía una fantasía, algo que no iba a producirse nunca.
Sin embargo, la aparición del coronavirus ha hecho saltar las alarmas y en algunos países la primera medida que se ha adoptado es la confinación de la población en sus casa o en el lugar donde se encontraba (hospital, barco, hotel).
La cuarentena nos obliga a hacer un parón.
¿Has pensado tú cómo afrontarías esa medida en el caso de que te veas en la obligación de aplicarla?
Ideas
Ahora que todavía no estamos en esa situación de aislamiento físico, podemos plantearnos cómo vivir una cuarentena. Aquí tienes algunas ideas, que puedes ver en la galería fotográfica o leer en la página siguiente:
Mira el lado positivo
La cuarentena es un cambio de planes que seguramente no nos gusta porque nos impide desplazarnos. En cambio, tómalo como una oportunidad de dedicar el tiempo a aquello que muchas veces has querido hacer y no podías por falta de horas: un arreglo de la casa, manualidades, lectura, conversación larga con la familia o los amigos (aunque va a tener que ser por videollamada)…
Convierte lo ordinario en extraordinario (una presentación de comida diferente, por ejemplo) y lo extraordinario en ordinario (rebaja el miedo al coronavirus normalizando la situación y sin alarmismos).
Hacia el orden
La cuarentena es el momento Marie Kondo perfecto. ¿Qué mejor ocasión para ordenar la casa, comenzando por la habitación que más lo necesite? Plantéate, antes de empezar la cuarentena y debas estar en aislamiento, si necesitarás material de almacenaje como cajas o bolsas.
También podemos hacer orden virtual. Elimina y clasifica mails. Ordena los cientos o miles de fotografías. Y, sobre todo, borra lo que sobra. Es un modo de ser ecológico en internet y nunca lo vas a tener más fácil.
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Alimentos y medicación
Antes de la cuarentena, seguramente harás una compra de alimentos. No llega la guerra pero es bueno organizar una pequeña despensa en casa.
Piensa qué necesita tu familia y las personas con necesidades especiales por alergias o enfermedad.
Revisa las recetas médicas para que no te quedes sin medicación. Revisa también el botiquín y añade, si no tenías, un termómetro, paracetamol e ibuprofeno.
Acerca de las mascarillas, en la farmacia te indicarán cuál es la de mejor calidad para protegerse en caso de poder salir al exterior con limitaciones.
Trabajo desde casa
Para muchos, la cuarentena puede suponer un antes y un después en la organización del trabajo. ¿Por qué no explorar ahora nuevas vías para trabajar desde casa?
Pon en marcha los recursos que os ofrece la red y la tecnología para las reuniones en equipo y el seguimiento de los trabajos: desde wifi hasta videollamadas por Whatsapp, Skype, Hangouts, etc.
Puede que sea un momento ideal para que, en el marco de la globalización, las empresas se planteen la posibilidad de flexibilizar los horarios y también las ubicaciones de sus trabajadores. Esta es una medida que ayudaría a la conciliación trabajo-familia. Ahora, quizá por obligación, no queda más remedio que intentarlo, sobre todo en profesiones liberales.
Por tu parte, crea un espacio provisional de trabajo en casa y estudia las posibilidades de que se vuelva permanente.
La lectura de tus sueños
La cuarentena nos ofrece una ocasión de oro para leer. ¡Nunca dispondremos de tanto tiempo y calma para hacerlo!
¿Qué libros escogerías? Te sugiero algunas opciones:
La Biblia: es el momento de leer la Biblia como libro, es decir, no un pasaje sino muchas páginas: libros completos del Antiguo y del Nuevo Testamento. Seguro que nos sorprenderá una lectura profunda del Génesis, el Éxodo, los Salmos, los libros de personajes como Ruth o Esther, los libros de los profetas…
Al leer con calma la Biblia, se puede entrar más en el sentido de las palabras, leer las notas a pie de página (que siempre debe haber en una Biblia católica), tomar notas y hacer oración.
El Evangelio (dentro de la Biblia): los cuatro evangelios narran la vida de Jesús. Es el momento de leerla como su biografía y conocer mejor su vida.
Como literatura, la Biblia es una obra de referencia universal. Como texto sagrado, es la palabra de Dios que toca a cada persona en lo más profundo. La cuarentena puede aportarnos un paso importante en la fe.
Un clásico de la literatura universal: aquel autor del que oyes hablar y siempre pensaste que deberías leer. Algunas sugerencias: la Odisea de Homero, el “Quijote” de Cervantes, las obras de Shakespeare, la “Divina Comedia” de Dante, “Los novios” de Manzoni…
Otras sugerencias: una biografía, un libro de Historia sobre un episodio que te interese en particular, poemarios, libros para releer a tu escritor favorito…
Un libro de espiritualidad: más allá de la Biblia, busca lectura que te enriquezca espiritualmente, que puede ser un clásico como Santa Teresa o las Confesiones de San Agustín, o una obra actual.
Llegó la hora de escribir
Puede ser papel y bolígrafo, o el portátil con teclado. La cuarentena es un momento ideal para poner por escrito algo propio, por ejemplo, tus memorias (de tu vida o de algún momento especial). Si no te da para escribir un libro completo, sí por lo menos para diseñar el plan de lo que quieres explicar y comenzar a redactar algún capítulo.
También tendrás tiempo para escribir a alguna persona. La cuarentena te permitirá reflexionar y expresar mejor tus pensamientos, tanto si es para ti como si es para que otros lo lean en un futuro.
La escritura nos ayuda a grabar ideas, a poner orden en los pensamientos y a esclarecer recuerdos. Podemos sanar heridas, recapacitar o subrayar motivos de agradecimiento a otras personas que han formado (o forman) parte de nuestra vida.
Y, ¿por qué no? ¿Has pensado alguna vez hacer testamento? Quizá creemos que solo es para personas a punto de morir, pero la realidad es que no sabemos cuándo nos llegará el momento. No es para creer que la infección por coronavirus podría matarnos sino, en términos generales, haber dado las indicaciones por si algún día nosotros ya no estamos.
Silencio y reflexión
La cuarentena favorece la desconexión. Pero ya que estamos conectados a internet, el ruido externo podría estar igualmente en nuestro día a día. Atracciones no faltan: desde los juegos hasta las series de Netflix pasando por tutoriales de Youtube o música las 24 horas. Todo eso está muy bien, siempre que hayamos decidido previamente cuál va a ser nuestro grado de conexión en cada momento.
¿El silencio y la reflexión forman parte de tu plan o temes quedarte sin nada más que contigo mismo? Tal vez necesites retomar las riendas de tu vida y recolocar algunas cosas: tu jerarquía de valores, por ejemplo.
Es un buen espacio para el examen: hacer un escaneo de mi vida, reparar lo roto y hacer propósitos para un futuro inmediato o a largo plazo.
Cuida la relación de pareja
La convivencia se ve alterada en el caso de una cuarentena y hay quien no lleva bien estar encerrado en casa. Ten en cuenta el carácter de tu cónyuge. Evita lo que produce chispas y fortalece lo que os hace bien.
¿Qué hago con los niños en casa?
¡Gran tema! ¿Qué hacer con los hijos tantos días sin poder salir? En Aleteia, con la sección Estilo de Vida dispones de numerosos recursos para que este tiempo resulte productivo y podáis ser felices en familia.
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Puede haber momentos para el estudio y así seguirán las materias del cole. Sigue el horario habitual, porque para los niños es importante la estabilidad.
Reorganiza la casa para que haya espacio adecuado a cada edad: lugar de lectura, de juegos, etc.
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Saca lo positivo de las pantallas pero limita las horas de uso.
Dales encargo: puede ser una ocasión extraordinaria para que crezcan en el conocimiento de las tareas de hogar, se impliquen y disfruten con ellas, cada hijo según su edad. Haz que sean “amos de su casa”.
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No olvides a los demás
En la cuarentena, no dejes de lado a tu familia, a tus amigos y vecinos. Piensa qué personas podrían necesitar ayuda. Por ejemplo, puedes recordar la medicación a un abuelo llamándole por teléfono a las horas indicadas. O hacer llamadas sencillamente para que sepan que no están solos y que pueden contar contigo.
Importante: sé tú el dueño de tu cuarentena
Evita que la cuarentena “te ocurra” y cada día vayas como barco a la deriva. En vez de quedarnos quietos y estar a verlas venir, sé proactivo.
No dejes que te domine la pasividad o la pereza mental y física.
Haz planes, organízate por semanas, por días y por horas. No se trata de “hacer” cosas sino que “crecer” como persona en esa situación, cada uno según las circunstancias.
Al acabar la cuarentena, podrás ver cómo has aprovechado el tiempo y hacer balance. Seguro que habrás dado pasos en positivo.