Haciendo un recorrido por las dimensiones de la persona, encontramos signos que nos dan una noción realista de nuestra autoestima
El amor a uno mismo puede estar sobrevaluado o subvaluado. Ante la ausencia de un saludable amor a sí mismo es posible frustrar el amor que recibimos de los demás al no considerarnos dignos, o bien generar limitaciones para darnos a los demás. Quien no se ama, no se considera valioso y no advierte lo que es y tiene para poder darse.
Por eso, es importante vivir el amor propio de manera realista; con conocimiento de las fortalezas y también de las debilidades, de manera que nos permita crecer en la autoconfianza y en la seguridad personal que son tan necesarias para aumentar nuestra capacidad de amar. Estos signos pueden servirnos como parámetro para evaluar cómo lo estamos haciendo.
Salud
En la dimensión física el signo es la salud. Si dejamos de cuidarnos y no nos preocupamos por mantener una alimentación nutritiva y saludable, incorporar el ejercicio físico rutinario o destinar tiempo al descanso, el cuerpo nos dará señales de que no estamos bien. Vivir el saludable amor a uno mismo implica poner energía en cuidar nuestra salud.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.