Se hizo famosa a través de MasterChef Latino y ahora impulsa un proyecto culinario con el apoyo de las nuevas tecnologías de la comunicación para evangelizar a las familias, además de promover la industria agrícola y la gastronomía de Puerto Rico.
Del convento a la televisión. Así han sido los últimos días de sor Juliana Cruz, una religiosa amante de la cocina de origen puertorriqueño perteneciente a la orden de las Hermanas Dominicas de la Virgen del Rosario de Fátima.
Es que esta religiosa se ha catapultado a la fama luego de participar del programa MasterChef Latino trasmitido por la cadena Telemundo Internacional. Sor Juliana no llegó a la final ni tampoco ganó, pero su pasaje por ese programa le sirvió para darle un nuevo giro a su misión: el lanzamiento de una revista cibernética.
“SisterChef surge atendiendo el reclamo de miles de personas que me siguieron a través de las redes sociales en mi participación de MasterChef Latino. Con quienes ahora tendré la oportunidad de compartir mi sazón e interactuar a través de las redes sociales”, señaló con alegría la religiosa al hacer referencia a este proyecto con el que también busca brindarle apoyo a su país, Puerto Rico, en proceso de reconstrucción luego del huracán María.
En diálogo con Aleteia Juliana cuenta cómo está viviendo esta experiencia y en qué consiste su proyecto. ¿Quieres saber también cuál es su secreto y qué le cocinaría al papa Francisco? A continuación la entrevista completa con Sor Juliana.
-¿Qué fue primero, la religiosa dominica o la cocinera? Me imagino que detrás de su pasión y gusto por la cocina hay alguien más…
-SOR JULIANA CRUZ, O. P.: La cocinera, pues aprendí a cocinar en mi casa. Desde niña recibí instrucciones en mi hogar de hacer las cosas de una manera única y perfecta y fue en mi casa que mi papá y mi mamá me educaron y me formaron. Mis grandes maestros en la cocina fueron mis padres y mis hermanas. Vengo de una familia numerosa, los mayores le iban enseñando a los más pequeños y de esa forma se transmitía la educación.
-En cuanto a su vocación religiosa, ¿qué nos puede destacar y por qué se decidió vincular a las hermanas dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima?
-SOR JULIANA CRUZ, O. P.: Mi vocación religiosa surge de la formación que recibí en mi hogar. Madre Dominga Guzmán, fundadora de la Congregación, decía que la fe la siembran los padres en los corazones de sus hijos, y así fue conmigo. Hace 35 años decidí unirme a las Hermanas Dominicas de Fátima cuando siendo muy joven unas hermanas llegaron a mi pueblo a trabajar con las familias y me gusto este estilo de vida de evangelizar por medio de la familia.
-¿Cómo es su vida en el convento? ¿También le toca cocinar?
-SOR JULIANA CRUZ, O. P.: Cocinar lo aprendí de mi familia y somos una familia numerosa, así que nos turnábamos la cocina. Así es en el convento, cocino cuando me toca. Pero después de mi participación en el programa MasterChef Latino, en el convento cocino más seguido y si hay cualquier otra actividad ahí también está Sor Juliana cocinando.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.